boris durandeau (Santiago, 1967). Poeta y abogado. Ha publicado en poesía: Tránsito a lo Divino (Ediciones Rumbos, 1994), Bajo tu sombra (Ediciones Rumbos, 2000) y Canto bipolar (Mago Editores, 2006).También ha realizado los videos: La Negra (2007), Sexo Tribal (2010) y Sálvame de la Sanidad. La fusión de la plástica y de la literatura es una constante en su propuesta estética, alternando entre dibujo, pintura y fotografía.
Cuando empecé a leer Ckausama me vinieron a la mente unas viejas preguntas: ¿Qué será de nuestras huellas? ¿Por qué caminamos tanto? ¿Por qué caminaron los que pasaron antes que nosotros por estos desiertos, los que plantaron estos bosques que tanto amamos? Creo que a lo largo del libro se encuentra la respuesta: vivimos contra el olvido. En nuestro olvido mueren nuestros ancestros, los que cruzaron antes que nosotros el inmenso desierto de la historia. En nuestra memoria viven ellos. El autor sabe que la memoria es también una k´oa, más allá de los rituales.
Ckausama es una invitación a viajar y a recorrer el norte árido chileno. En el camino encontrarás:
círculos de piedras
cubiertos con huesos de ballena
y piel de lobo marino
Como un chango que inclina su cabeza ante la montaña, Boris busca las lenguas perdidas pero sin ignorar que la poesía siempre se ha encargado de nuestros "despojos"; donde todo falla, la acción poética es el "cuarzo" de la reconstrucción del ser. Si tienes miedo de mirar alrededor y reconocer tus propios huesos en este gran desierto, no podrás disfrutar de la lectura del libro. El autor es valiente y merece que lo llamen “poeta en busca del sentido de la existencia”, sin caer en un existencialismo fatídico.
En este libro de crónica poética o poesía que reconstruye historias no oficiales, poesía contra el hambre, poesía contra el olvido, poesía contra el silencio, el autor nos advierte que en su interior la arena palpita, segundos de caliche,/ triturando una calamina perforada/ por donde la luz y la noche se cuelan,/ como las caricias, entre letras y líneas.
Él ha cumplido con la promesa del despojo. Nos toca como lectores completar nuestra parte del viaje enfrentando nuestro desierto “hasta que la sed sea saciada o reinventada”, como suele decir un viejo poeta. Pero cuidado, cualquier grano de polvo es suficiente para alimentar el miedo si este viaje nos aleja de la dimensión poética de la vida.
Sólo falta agradecer a Boris por traernos desde el lejano y cercano norte el silbido de la poesía como un monólogo tránsfugo. La inevitable bandera del norte seguirá flotando en estos versos durante mucho tiempo, y tenemos la esperanza de renacer juntos. Boris nos habla de las caricias y los despojos del desierto con gran destreza. El lector podrá experimentar en su propio desierto después de leer el libro. Es una invitación a descubrirnos. De eso se trata la poesía: autodescubrimiento y conexión con la vida.
IX
Cerca, en la Oficina Pedro de Valdivia, el espacio y el tiempo se emborrachan, ahí Claudio Isaac sigue siendo niño, y como dueño de la pelota, espera que todos se vayan hasta que llega el anochecer y el frío, se aleja del poblado esquivando los socavones para luego transformarse en un felino alado “siento el vértigo de caer hacia las estrellas y la tierra se aferra a mí como un cobarde”. La pampa le habló con latigazos eléctricos y círculos de luz, cargando al planeta tibio. Cerró los ojos y no podía abrirlos, sentía que el Diablo estaba allí afuera y eran varios rodeándolo. “perdóname virgencita por haber mentido e inventado algunos pecados al curita cuando hice la primera comunión y haber peleado con el Fredy Vergara justo antes que lo metieran en su ataúd blanca”. Sabe que detrás de los cerros está Cobija, el cabo negro donde atracaron los Señores de la Basura. Kuna suti araxpachan? [1](...cargando al planeta tibio)XI
Los peones de las banderas defienden tratados, costas de un pillaje gramatical. Gusanillos tragan los espacios entre líneas, servidos en Chacaya por el comandante de corbeta Rebolledo y el teniente de marina Pomar, quien a las seis a.m., con sus seis hombres y seis bayonetas crearán elásticos paralelos. Se juntan los parroquianos: “El pueblo de Lamar, enardecido hace votos explícitos de preferir la muerte a la ignominia de ver desmembrado su territorio y ultrajado su pabellón nacional” [2]. La gramática desbordada descuartizó la sintaxis de las soberanías. Mar, calles, puerto, adobes, maderos, fierros, planicies, quebradas, aguadas rocosas. La prepotencia de las baterías de mar traga leguas y nortes, con paralelos en cruz. Marchamos sin ejércitos, aún sin saberlo. Todos somos héroes, sea cual sea el paso, incluso si dormimos. No habrá condecoraciones en mi guerra pacífica. Uniré a los adversarios, y las soberanías desaparecerán junto a la traición. Las batallas serán piezas de museo, quedarán registradas en las capas tectónicas (a medio píxel de la nada). Una covadera más en esta desértica costa de guano rojo. El Salar de Atacama se licitará a las sociedades explotadoras de la depresión. Está interesado Juan Garday quien se aburrió de su catador Juan López y de la affectio societatis. Su esposa, Madamme Álvarez, reclama el tratado de paz y lo exiguo de la indemnización. La culpa es de la Esmeralda por decomisar mierda soberana. El litio ayudará a curar sus males. Así lo hizo, como todos saben, lo saben los que saben servirse de la patria en su pascana.[3](...marchamos sin ejércitos)
[1] Aimara. ¿Cómo se llama esa constelación?
[2] Texto recogido de un diario de la época.
[3] Descanso, parada, posada.
jean jacques pierre-paul (Jacmel, 1979). Es médico cirujano, poeta, traductor e ilustrador. Vive en Chile hace más de una década. En Haití publicó Miroir en pierres lisibles (2007). En Chile ha publicado Islas del futuro (2010), Delirium cero (2013), Fleurs d’existence / Flores existenciales (2014), Voces de mi voz (2015), Siete abismos sueltos y un hombre caminando (2017), Te escribo para dejar de morir (2017) y su traducción al creole de Arte de pájaros, de Pablo Neruda (2019).