david aránguiz mardones. Es licenciado en Lengua y Literatura Hispánica por la Universidad de Chile y Profesor de Enseñanza Media de Lenguaje y Comunicación por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigó la sociedad de castas de la América colonial y los discursos ideológicos de la Ilustración española sobre los mestizos. En 2020, autopublica una traducción del primer libro de la biografía de Buda Old Path White Clouds: The Life Story of the Buddha, del monje vietnamita Thich Nhat Hanh. Pez suelto fue escrito mediante la Beca de Creación del Fondo del libro 2023 y su publicación fue financiada por la línea de Fomento a la industria del Fondo del libro y la lectura 2024. Actualmente investiga elementos esotéricos y místicos en Poema de Chile, de Gabriela Mistral.
Pez suelto, el primer libro de poemas de David Aránguiz Mardones, es un volumen delgado, pero repleto de emociones e ideas. Comienza con una cita de la gran novela de Herman Melville, Moby Dick, que introduce el concepto que le da estructura. En el capítulo 89 de esta novela, Melville hace alusión al "fast-fish" y el "loose-fish", o ‘pez amarrado' y ‘pez suelto', como lo traduce la versión en español que cita David. Este capítulo está dedicado a la ley ballenera y su ética ambigua, y a cómo determinar la propiedad de una ballena que ha sido asesinada. Un fast-fish es una ballena que ha sido capturada de una manera evidente, con un sedal y un arpón en su carne que la conectan a un barco ballenero. Un loose-fish, en cambio, es un pez que ha sido herido por un primer barco ballenero, y tiene un arpón en su carne, pero que por las vicisitudes del mar —una tormenta, un naufragio, lo que sea— al final es capturado por un segundo barco ballenero. Según la ley, es el segundo barco el que tiene derecho no solo a la ballena, sino también al sedal y al arpón que lleva en su cuerpo. La ballena, el arpón y el sedal pertenecen al segundo barco ballenero, es decir, la posesión es lo que determina la ley. Esto puede no parecer justo para el barco ballenero que inicialmente capturó al animal, y mucho menos para la ballena misma.
Pero, ¿qué es la posesión? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es un pez rápido que termina dominado gracias a la fuerza bruta, y qué es un pez suelto que termina dominado debido a la apropiación del propietario original? Melville extiende estas preguntas no solo a las ballenas, sino también a las relaciones personales: describe el caso de un hombre y su exesposa, una llamada "loose-fish", que cuando ella es abandonada queda disponible para otro caballero como su propiedad; el autor hace una comparación entre "la ballena y la dama". También analiza situaciones de colonialismo, calificando a la India, México y América como "loose-fish", ya que fueron tomados primero por un poder colonizador y después apropiados por otro. Escribe: "¿Qué son los Derechos del Hombre y las Libertades del Mundo, sino pez suelto? ¿Qué son las mentes y las opiniones humanas, sino pez suelto? ¿Qué es el principio de la fe religiosa, sino pez suelto? ¿Qué son los pensamientos de los filósofos para los pomposos plagiarios, sino pez suelto? ¿Qué es este enorme globo, sino pez suelto? ¿Y qué eres tú, lector, sino pez suelto y también pez amarrado?".
Estas cuestiones de ética, historia y estratos de propiedad y derecho de posesión, prefiguradas por la cita de Moby Dick, están en el centro de Pez suelto del poeta David Aránguiz. Su libro está dividido en la sección "Un país", que reflexiona sobre la historia de Chile como narrativa del colonialismo, y la sección "Res privata", que reflexiona sobre la propiedad privada y el individuo en relaciones personales de control o dominación. No somos peces que simplemente pueden existir, nadando felizmente en la inocencia o ignorancia, parece sugerir el libro de David; formamos parte de una red de relaciones, en la que las cuestiones de poder afectan la vida cotidiana en todos sus niveles. David vincula la historia del país con la historia personal, la nación con la conciencia y el alma con los cambios materiales. Al reflexionar sobre la historia de Chile en términos de posesión bruta, donde los fuertes se aprovechan de los débiles o adquieren por medios solapados lo que antes pertenecía a otro, David crea pequeñas miniaturas en la cronología del territorio, incluyendo viajes de conquista, escenas en casas de campo, juicios de brujos, yanaconas y imbunches de Chiloé, y travesías de la iglesia católica; hay geografías diversas, "sombras del desierto, caravanas de estrellas, espejos sobre espejos, cráteres y columnas".
El lenguaje del libro juega con los cambios históricos, ocupando en varios momentos términos latinizados, localismos, frases barrocas y tecnicismos legales, todo con gran delicadeza y más de un matiz de ironía, pero siempre dejando respirar a los poemas. La huida del "yo" así como el lenguaje austero centrado en el objeto producen un efecto insólito. Es como si el tiempo o la ley hablaran, o se presentaran, en un tribunal de justicia, en lugar de la voz de un joven poeta. La naturaleza arcaica de las frases también me recuerda a la poesía de Gabriela Mistral, con su sincretismo especial de lo coloquial y lo bíblico. El lenguaje es una escultura abstracta con huecos y momentos nudosos de humor, con alusiones y omisiones a lo barroco, en su cambio de contextos desde ocupaciones forzadas de tierras indígenas hasta rituales de sacerdotes y paseos tranquilos por el jardín. Como escribe David en su poema "Conquista": "Nuestras vidas son tierras mestizas / sin monedas de oro ni intenso collar". La poesía también tiene una música, un ritmo en sus palabras y silencios. Y a menudo parece tener una vida esotérica propia que escapa al impulso de búsqueda de sentido del lector o el crítico, un significado poético que también es un pez suelto. Percibimos la locura detrás de los sueños de la razón, la violencia detrás de la aparente lucidez de la ley, la esperanza que subyace en la lucidez melancólica.
Una de las cosas que me encanta del libro de David es que, además del diálogo con Moby Dick, aborda ideas que podrían calificarse de filosofía asiática. En particular, retoma la idea de que el vacío, la nada o el abismo podría ser una forma de libertad. Pienso en Byung-Chul Han en su libro Filosofía del budismo zen, que aboga por una especie de desprendimiento que "se renuncia a toda forma de posesión y de posesión de sí mismo", citando a Bashô y al Sutra del Diamante. Sin embargo, aunque estas ideas se entrelazan en el libro de David, el poeta también cuestiona la idea de que la conciencia pueda liberarse de ataduras. Siempre estamos arponeados; siempre somos ballenas, peces amarrados, peces sueltos. O, para decirlo con las palabras de David, estamos conectados por "hebras de carne y espíritu", por recuerdos que son hilos.
La mención de hilos es continua a lo largo del libro, las líneas que nos atan como animales a los barcos que nos quieren poseer, pero también los hilos de las raíces, las fibras, las venas de las hojas, un lenguaje botánico. La naturaleza parece existir como una alternativa a la posesión humana en este libro. El protagonismo del objeto, una elección poética, desplaza al ser humano para relativizar sus preocupaciones y sus crueldades, y hace que su historia humana ocupe una posición lateral a la línea de la historia geológica y terrestre. Hay menciones de la naturaleza que parecen provenir de la poesía japonesa, de "la flor del cerezo que baila en el viento" en el poema "Irrevocable", por ejemplo, o de "una mariposa negra [que] se acerca y me detiene" en el poema "Ilusión". Las reflexiones de David sobre la muerte también son muy profundas en esta línea: la muerte es la libertad en muchas tradiciones asiáticas, pero para la ballena asesinada la muerte es solo el comienzo de otra batalla por la posesión. Incluso en la muerte, la conquista es un problema. Aquí pienso en las almas muertas de Gogol, los papeles de los trabajadores siervos que se pueden comprar y vender. De todas maneras, los poemas parecen buscar una especie de transformación significativa, una "herencia transformada, ausencia ganada". Un pez suelto. Absuelto. Disuelto. Resuelto.
Pez suelto se acompaña de fotografías en blanco y negro de plantas y árboles de Macarena Sofía, que se centran en los contrastes entre la oscuridad y la luz, imágenes de la naturaleza que sirven como una especie de contrapunto al texto. De alguna manera, dan voz a la naturaleza misma, además o más allá de las preocupaciones humanas expresadas en la poesía. Estas imágenes se extienden en el diseño del libro, trabajo también de la fotógrafa. El pez suelto y el pez espiral entran en un diálogo submarino que incluye el patrón jaspeado de blanco y negro que evoca el agua, y la imagen de portada con líneas que podrían ser un banco de peces, una branquia, parte de una bandera, ondulaciones inocuas o columnas de lanzas preparadas para la matanza, ambigüedades de la abstracción que son igual de simbólicas y elusivas como la ballena blanca.
UN PEZ
Según el Tao la naturaleza es el vacío y la luz es el vacío y el tiempo está vacío. Sin embargo, quedo entre hebras de carne y espíritu como en dos orillas. ¿Y cómo cortarlas? Habitar el aire, borrar rostros y montañas, subir ríos que me despeñan sin palabra ni compasión. En la boca de esta serpiente no quedan figuras humanas, solo raíces reviviendo. Mi consciencia es una isla que puedo tocar llena de hilos que la atan, un pez amarrado hasta el día que no haya más trabajos y Chile deje de balbucear su lengua imperfecta.IRREVOCABLE
Este hilo por cortar reitera horas y hombres, oculta días sin vibración ni palabra pronunciada, mi voz desaparecida. Estaciones de tren, campesinos, comunistas, demócratas cristianos, fascistas de una isla. Una bóveda abierta de valles y cordilleras atravesadas por rieles. La flor del cerezo que baila en el viento lleva esta imagen en su corola iluminada.FLAGELO
Un día estos árboles crecerán tanto que no podrás verlos. Por las noches así maúlla mi pecho por si alguien le oye. No quiere nada, pero se intranquiliza y congela cuando te escucha hablando lejos de mí. No quiere nada y aún así, salta al fuego entero.
jessica sequeira (1989). Es escritora y traductora. Sus libros de poesía, novelas y ensayos incluyen Taal (Pamenar Press, 2024; Pez Espiral 2024), Golden Jackal / Chacal Dorado, tr. Diego Alegría (Buenos Aires Poetry, 2022), A Luminous History of the Palm (Sublunary Editions, 2020), Other Paradises: Poetic Approaches to Thinking in a Technological Age, tr. Felipe Orellana (Zero, 2018), Otros paraísos (Editorial Aparte, 2020), A Furious Oyster (Dostoyevsky Wannabe, 2018) y Rhombus and Oval (What Books, 2017). Ha traducido más de treinta libros de autores latinoamericanos, entre ellos Augusto Monterroso, Daniel Guebel, Winétt de Rokha y Vlady Kociancich. Se doctoró en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Cambridge y actualmente es investigadora postdoctoral en el Centro de Estudios Asiáticos / Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, estudiando la influencia de India y China en la poesía y música de Chile.