# 1

saranchá

Atisbos de literatura iberoamericana

BRUNO SERRANO

La poesía de Bruno Serrano es un cuchillo de doble filo para reconstruirse en un continuo mítico. Su plasticidad visual nos arrastra a paisajes inéditos, pletóricos de ebriedad solar y amores brutales. Se trata de una suerte de intuiciones metafísicas construidas por un obsesivo y paciente burilador del lenguaje; artefactos lingüísticos que son organismos alucinados emergiendo de una mímesis del trabajo con el sueño, con su quiebre de insolencia áspera en medio de la construcción de un alter ego circunstancial.

Invierno nuclear (inédito)

  (…) un cristal de moko con su raíz de coágulo titilando al centro
una paloma bicolor surgiendo del boquerón
un polvo de moscas brotando la pared, sus ladrillos grises al sol

el rocío de esa cañería

despacio las cosas
los víveres, las viandas,
tienden y suceden a drenarse; las migas rotas
jugando con los dedos
y en la boca
[el crujido de una atmósfera]
como si aún  los que habitan esos nombres
las Cristinas,
los Salvadores
los Renatos,
los que amanecieron y supieron desos nombres
Hasta aquí vamos bien;

la muda,
los manchones en el cesto
[los bordes con los que los objetos respiran y se repelen
el coágulo, el papel que lo contiene]
y es que ya nada recrudece
las colillas en el plato;
su invierno nuclear
si algún animal nos transitara por ahí

vamos bien,
las cerdas son para las higienes
la luna es un mundo silencioso
y la ventana para la ciudad adentro

a veces
la sueñas

y por eso ya reconoces
cómo termina

sucede así:
la vagas hasta quedar atrás, tu planta se hunde en las challas,
la arena, la tiza; se hinca y roza algo así como una chala donde antes otra planta, y quizás luego, o un corcho o la aleta de tu avión de plumavit ese para encumbrar y correr por la orilla rehuyendo al mar que ya no distingues que ya no escuchas sino tanteando los cielos dobles de sus calles los de la ciudad que en ti se desfonda: eso, el coágulo, casi un garbanzo, el papel que nos lo guarda

hasta aquí vamos bien
el pelo sí retiene las pelusas de la esquina
:
los pasos sí suceden al sonido de los pasos
el aluminio de unas Lays/
al de la niebla de una lata
al sorbo que la vacía

Vamos bien;
el vientre se estrecha, resbala
(y en su charca nos retozamos los días:
y en su charca
las horas de luz
para este regreso:
sola yo

y el pueblo de mi voz

Los muertos


Ni siquiera recuerdo si tenía compañeros dignos de su apodo.
o si cuando guacho creía que lo peor era escribir cosas sin dibujos 
y salir a perseguir sus nombres para que afuera la calle 
aún nos caminara bajo los pies
y esta vez sí nos detuviéramos a contemplar
la fiebre del sol sobre los prepucios.

Invierno nuclear

No hay otra vida oran en doble los suicidas,
sólo un golpe escrito para cada nombre
una camada al fondo de la mochila
una pizarra para astillar las uñas

Deletreo sus nombres
tantos como Natalia, Isabel o Paula,
llamada estúpida incluso entre los de su raza
o bien Bruno y Renato, buey de arrastre
entre las bestias del pupitre
raquítico entre los escribas

Tantos como quisiera en la sinopsis
de uno u otro dialecto;
apenas el sonido de las quillas
contra los grafittis de sus cuadernos
cuando ya brotaban los remaches 
las suturas de las hembras
y armábamos la tiza
para dibujar un espejo donde tajearse
los signos de la frente
y así conocer del golpe escrito
para cada nombre

Final

Y así culminaron las fiestas,
creyendo que ahora sí recordaríamos el corte,
la primera imagen: 

una camilla suspendida de las murras
y luego un chico que creía monturas a sus piernas
traspasando las balizas sin vendaje alguno, ciego de luz,  
como si no llevara la piel remachada a los huesos
ciego de luz. como si hubiera olvidado 
el sonido de su nombre.

Bruno Renato Serrano Navarro (Santiago de Chile, 1982). Poeta, profesor y (acaso) académico. Es autor, entre otras, de las plaquetas Pseudónimo (Pillaje, Valdivia, 2010) y Musgo (Isófonica, Barcelona, 2019) cuya versión definitiva Moha será publicada este 2021 (Fértil Provincia, Chile). Ha sido becario de la Fundación Pablo Neruda (2003) así como beneficiado por la Beca de Creación Literaria del CNCA (Chile, 2005 y 2018) entre otros reconocimientos.

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