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Que la poesía escrita en España no se escribe toda en castellano es una obviedad para quienes viven en su territorio, pero tal vez no lo sea tanto para quienes viven en otros lugares del mundo hispanohablante, desde donde se suele identificar la poesía española con la tradición castellana y su canon hispánico. Sin embargo, una vez devenidos “observadores participantes” del medio cultural peninsular –como fue nuestro caso– el panorama lingüístico y, por tanto, literario se vuelve mucho más ramificado, con tradiciones poéticas y lineamientos propios que se vinculan de formas muy diversas con sus comunidades e historias locales. Así, la sorpresa que uno puede llevarse cuando, por dar solo un ejemplo, descubre la obra de una poeta gallega tan alucinante como Chus Pato solo puede compararse a la desazón de corroborar que, al otro lado del Atlántico, ni siquiera los entendidos han escuchado su nombre.
Ante ello vimos la necesidad de hacer una muestra de “poesía española no en castellano”, no con ánimo de denunciar una omisión histórica o algo por el estilo, sino, más modestamente, para dar a conocer al mundo hispanohablante y en particular latinoamericano una serie de escrituras de gran importancia para la poesía contemporánea. Y también, por qué no, para ofrecer un panorama más ajustado a la realidad plurilingüística de España.
Son pequeños atisbos los que aquí mostramos, en ningún caso exhaustivos y sin ninguna pretensión de representatividad. Nos planteamos encontrar buenas traducciones de obras y autores de peso que pudieran dar luces de un universo más amplio tras el texto. Algunos consagrados, como son el caso de los catalanes Gabriel Ferrater (1922-1972) y Maria Mercè Marçal (1952-1998), y otros en plena andadura, como son la catalana Blanca Llum Vidal (1986), el asturiano Miguel Rodríguez Monteavaro (1990) y la gallega Helena Gamos (1994). Cinco escrituras diversas que florecen en este país lleno de historias, lenguas y paisajes.